La principal ventaja que aporta la computación
cuántica es la velocidad de cálculo para realizar operaciones.
Un ejemplo sencillo, los sistemas criptográficos y de contraseñas que
utilizamos hoy en día implican que una computadora va probando contraseñas
hasta que encuentra la correcta, prueba todas las combinaciones una por una
hasta lograr su objetivo y aunque sean millones es cuestión de tiempo dar con
la buena. En la computación cuántica podría probar todas las combinaciones a la
vez y seleccionar la buena, el menos teóricamente. Esta es la gran diferencia.
La computación
tradicional y el agotamiento del modelo
Una computadora tradicional se basa en una combinación
de 1 y 0 para codificar la información. La capacidad de cálculo de la
computadora depende de los procesadores y estos a su vez del número de
transistores dentro del circuito. Hasta ahora si se quiere un procesador más
potente sólo hay que lograr meter un mayor número de estos transistores en el
microprocesador.
Con cada nueva unidad de procesadores se tiene un
menor coste de fabricación, un menor consumo energético y una mayor velocidad
de procesamiento. Hoy en día tenemos procesadores que tienen transistores
de 14 nanómetros, una mil millonésima parte de metro. Se estima que esta
tecnología se agotará cuando se puedan fabricar transistores de 7 nanómetros,
lo que depende del material de fabricación, el silicio así como de que se
comporten como deben.
En todo caso no sería la primera vez que se exprime
más allá de sus límites una tecnología, pero el agotamiento del modelo parece
estar cerca. Es aquí donde entra la computación cuántica como una
alternativa que conviene ir investigando para estar preparados y
afrontar las posibilidades de esta tecnología.
¿Qué es un qubit?
Es un sistema cuántico con dos estados propios y que puede ser manipulado arbitrariamente. Se trata de un sistema que solo puede ser descrito correctamente mediante la mecánica cuántica, y que solamente tiene dos estados bien distinguibles mediante medidas físicas. También se entiende por qubit la información que contiene ese sistema cuántico de dos estados posibles. En esta acepción, el qubit es la unidad mínima y por lo tanto constitutiva de la teoría de la información cuántica. Es un concepto fundamental para la computación cuántica y para la criptografía cuántica, el análogo cuántico del bit en informática.
Su importancia radica en que la cantidad de información contenida en un qubit, y, en particular, la forma en que esta información puede ser manipulada, es fundamental y cualitativamente diferente de un bit clásico.
Del bit al qubit, la
clave de la computación cuántica
Si el bit es la medida de la computación tradicional,
el qubit es la medida de la computación cuántica. Mientras que la
computación clásica un bit sería cero o uno, en la computación cuántica podría
ser cero, uno pero también una superposición de ambos. Esta propiedad le
permitiría realizar cálculos en paralelo utilizando el mismo hardware.
De esta forma a la vez que aumenta los qubits la
capacidad de cálculo aumenta de forma exponencial. De esta forma una
computadora cuántica sería, tal y como hemos mencionado anteriormente, mucho
más rápida que las computadoras actuales. Pero también tiene algunas
peculiaridades. Por ejemplo, cada intento de copia de la información dejaría
una huella y a la vez corrompe la información. Esta característica ya está
siendo explotada por algunas compañías que ofrecen links cuánticos para garantizar las
comunicaciones de punto a punto.
Algunos problemas de
la computación cuántica
Uno de los principales problemas de la computación
cuántica es que a medida que se van añadiendo qubits se va complicando el
proceso. Los procesadores de estado sólido que se han conseguido “sólo” tienen
5 qubits, un gran avance, pero todavía insuficiente o dicho de otro modo, la
tecnología todavía está en pañales.
También la temperatura a la que trabajan estos
procesadores, solo unos miligrados sólo por encima del cero absoluto, de manera
que estos circuitos será todavía muy complicado verlos en los próximos años
fuera de un laboratorio. Pero sobre todo controlar todo el proceso y
que el procesador sea estable es algo tremendamente complicado.
Si se tarda mucho tiempo en leer lo qubits se
vuelven inestables, incoherentes, por eso es necesario realizar las operaciones
lo más rápido posible. Este es otro de los campos donde más se está aplicando
la investigación, para lograr resultados correctos aunque el hardware que se
utilice no sea perfecto.
Además tenemos que tener en cuenta que estas investigaciones
no son baratas. Hay que poner millones de dólares para lograr pequeños
progresos y el resultado que se obtiene, al menos por el momento, no son
computadoras más rápidas que las disponibles hoy en día. Por ello tanto
diferentes países, como empresas y universidades están sumando esfuerzos en
este campo.
Pero los problemas van más allá del hardware. También
habría que cambiar la forma de programar para un ordenador cuántico,
al menos si lo que deseamos es sacarle partido. Desarrollar y pensar nuevos
algoritmos que permitan obtener los resultados correctos con esta capacidad de
cálculo es uno de los principales retos. ¿Quién nos enseña a programar en computadores
cuánticos?
Por eso cuando hablamos de computación
cuántica como la informática del futuro, lo será, pero quizás no de un
futuro a corto plazo y si a medio y largo plazo.
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