miércoles, 3 de junio de 2015

La informática al frente de la economía.





Otra dificultad tiene que ver con la evolución general de la informática que debe su éxito a la ley de Moore según la cual la potencia de los microprocesadores se duplica cada 18 meses, mientras, a potencia constante su precio se reduce a la mitad. Dicha ley solo vale para las máquinas mientras el papel del software y de los servicios es cada vez más importante.
Para Will Swope, vicepresidente de Intel, "Quienes se ocupan de software se han olvidado de la existencia de la ley de Moore."El aumento que la potencia de cálculo y la conectividad constante llevan a una complejidad creciente que los programas no saben manejar de manera satisfactoria. "Los progresos realizados a nivel de maquinas y aparatos no llegan a los usuarios por culpa de ello," estima Andy Bechtolsheim de Cisco.
La situación económica global no es alentadora y no parece poder mejorar a corto plazo. Pero Mark Anderson, organizador de la conferencia se declaró convencido de que "volveremos a poner la tecnología al frente de la economía."
El sueño que anima a los principales actores de las TIC es el de la informática total. Pat Gelsinger, vicepresidente de Intel no vacila en decir: "En última instancia, queremos que nuestra tecnología llegue a cada humano en la tierra y a cada aspecto de su vida." ¿Visión del futuro o business model?

La economía de banda ancha



Es un tipo de economía donde las tecnologías de la informática y las comunicaciones están muy avanzadas, tanto en infraestructuras como en herramientas digitales y sistemas aplicativos, a tal punto que hay una cantidad de cuestiones que los individuos pueden encarar desde el lugar donde se encuentren (el domicilio, un sitio público, un club deportivo o una institución cualquiera, un centro cultural, etc.) casi como si se encontraran en ambientes o lugares especiales donde antes se debía concurrir expresamente para poder cumplir un trámite administrativo, o poder escuchar una conferencia, o poder estudiar para graduarse en algo, o poder trabajar, o poder divertirse, o poder hacer compras, etc. El distintivo de una economía de banda ancha es que prima o está muy desarrollado tanto el teletrabajo, como el tele-esparcimiento, la telesocialización, la televigilancia, la tele-administración, el telegobierno (o e-gobierno), la tele-educación, la teleconsulta, el teleturismo, la telecompra, la telecultura, etc.
En muy buena medida la economía de banda ancha permite superar las restricciones geográficas, tanto en lo que se refiere a las distancias cortas como respecto a las medianas y largas. 

Por lo general se entiende que una comunidad es inteligente cuando, por crisis o por previsión o por presión competitiva, se comprenden los enormes desafíos de la economía de banda ancha y se elabora algún tipo de estrategia o de respuesta a estos desafíos de una manera consciente, planificada, ordenada, para así poder conducir un modo de desarrollo positivo y sustentable. Estas comunidades inteligentes no son necesariamente las de mayor tamaño en cuanto al número de personas que involucran, ni tampoco necesariamente las que albergan los desarrollos tecnológicos más prometedores o famosos. La localización geográfica pareciera que tampoco es un factor muy determinante, pues se han observado desarrollos de comunidades inteligentes tanto en países del primer mundo como en países emergentes o países en vías de desarrollo, y tanto en suburbios como en centros financieros o ciudades enteras, y tanto en la costa como en mesetas o en zonas montañosas, etc.

Lo positivo es que, a pesar de que la economía de banda ancha nos presenta un desafío épico en el sentido no solamente de los desarrollos tecnológicos, sino también en la implantación de una nueva cultura tanto en el trabajo como en la vida cotidiana y social, y también en la propia organización institucional, además nos brinda un nuevo instrumento muy poderoso y competitivo a aplicar en materia educativa, organizacional, financiero-contable, etc. Comenzando en los años 1990, se desplegaron redes locales a las cuales la mayor parte de nosotros llamamos banda ancha, ADSL, cable, entramado de comunicaciones, etc, en distintas vecindades, centros urbanos, o ciudades enteras. Al mismo tiempo, los costos del equipamiento informático, de los sistemas informáticos generales o aplicativos, y de las comunicaciones, en mayor o menor grado cayeron a plomo en los distintos países, y particularmente en lo que se refiere al almacenamiento de datos, obedeciendo así a la conocida "ley de Gordon Moore", que establece que la capacidad de almacenaje de los microchips dobla cada 18 meses. A través de la banda ancha local, las personas, los pequeños negocios, las instituciones y administraciones locales, han ganado acceso a importantes recursos mundiales de información, así como a una amplia gama de instrumentos y vías de comunicación, para intercambiar datos tanto a nivel local como a nivel nacional, regional, o mundial.

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